En la historia y en la vida real, “los ejércitos” era la expresión con la cual las comunidades indígenas campesinas se referían a las fuerzas militares del ejército de Guatemala.
Entre 1966 y 1986, Guatemala fue gobernada por dictadores militares que llevaron a cabo una represión brutal que alcanzó la suma de 300 mil personas asesinadas, según los informes más relevantes que documentan la situación de Derechos Humanos de ese periodo. La cifra está compuesta por un estimado de 45000 víctimas de desaparición forzada (entre ellas, 5000 menores de edad) personas asesinadas individualmente (especialmente líderes sociales y opositores políticos) y personas asesinadas en más de 660 masacres cometidas contra comunidades indígenas.
Los criminales convictos en el Caso Molina Theissen eran dirigentes del ejército y estrategas que diseñaron y ejecutaron la guerra genocida contra el pueblo.